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NUESTRA ILUSIÓN

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CRESCENCE es una historia que viene formándose en mi cabeza por varios años, simboliza el final de una era para mi. Entender una historia. Entender lo que conlleva armarlas y el significado detrás de las bellas imágenes que ocultan un mensaje. Una narrativa que habla de los que crean sueños y el peso que esto conlleva. Un tema que realmente pocas veces escuché si no fuera por una situación distópica. En este mundo el mensaje que se encuentra sublimado convive con el día a día de las personas, tal como el nuestro. Pero encerrado en un mundo aparentemente de fantasía con imágenes que aluden a algo inofensivo y místico para después quebrar la Ilusión que encierra. Alena encuentra una escapatoria en las ilusiones, buscando cegarse de lo que la rodea confundiendo la realidad de la ficción. CRESCENCE sueña con historias que la ayudaron a sobrellevar una vida llena de dificultades. Esa escapatoria a mundos fantásticos la conozco perfectamente, crear a partir del miedo, rencor, felicidad y tristeza. Mis protagonistas son un reflejo de cómo manejé por mucho tiempo mi vida y mis problemas. Ya sea atiborrarme de trabajo como Alena, y al mínimo momento de libertad llenarme de fantasías para evitar problemas, o crear sin parar como Crescence para afrontar y comprender un conflicto. 

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Y mi pregunta es ¿no lo hacemos todos? ¿En la pandemia no nos atibarrabamos de contenido para evitar una realidad cruel? ¿Y qué sucedió con el mensaje que nos daban estos contenidos? Me generaba un sentimiento cíclico sin salida, el cual es el mismo en el que Alena está atrapada. Odiar esa situación pero ser cómplice de la misma, generando un odio interno que la limita en su accionar. Una vez que comienzas a ver la verdad de tu situación es difícil negarnos que está ahí pero evitarlo es la posibilidad que comienza optando ella y que yo también opté en su momento. Aprendí en el camino a respetar las historias que creo y buscar aquello que quería decir en el proceso como Crescence, ese ímpetu y desesperación por ser escuchada para probarse y mostrar su valía así realmente sentir que merece su lugar con su familia en ese país. Un deseo de valorizarse tanto en cuanto cree y poder dar sentido a una situación incomprensible como la suya. Ambas buscan resignificar lo que es crear los sueños, ambas en búsqueda de una verdad que no existe. Porque al final de la serie logran comprender que cada persona crea su verdad aunque ella busque dar su perspectiva. En la última instancia decidir que ellas contarán y hablarán desde su lugar y aquel que esté dispuesto a escucharlas tendrá las puertas abiertas a ideas y sueños que jamás hubiese imaginado. Comprendiendo que cuando una historia se comparte se vuelve más valiosa y rica. Como yo logré comprender cuando comencé a contar mis historias y compartirlas. Esa sensación de compartir una historia con alguien que no solo las puede enriquecer sino que también disfruta del proceso de su creación y motiva a hacerlas es incomprensible. Crescence y Alena logran ver que aunque no puedan cambiar el mundo, hay miles de historias que sí, y ellas quieren ser sus creadoras. 

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Crescence apareció en mi vida en el momento en que venía cuestionándome absolutamente todo lo que veo a mi alrededor. En un mundo lleno de subjetividades, entendí que la realidad siempre se ve distorsionada por quien la mira, por sus creencias, sus acuerdos y estructuras. Intentar que todxs la veamos de la misma forma, es prácticamente imposible por el simple hecho de que todas las personas hemos crecido en situaciones y contextos muy diferentes. Pero aún así, existen quienes logran implantar creencias e ideas en gran parte de la sociedad. ¿Quiénes? Aquellxs que creamos realidades alternativas y las brindamos en forma de entretenimiento y/o información. Este es el más grande deseo de Crescence; convertirse en creadora de sueños, y crear la más grande ilusión que todo el mundo quisiera ver. Pero mientras Crescence es apenas una aprendiz, ilusionada por el mundo de las ilusiones, nuestra excepcional maestra y creadora de sueños, Alena, ya ha visto y entiende mucho más de lo que le hubiese gustado. Hubiese querido tener en cuenta que a veces es más fácil y cómodo vivir en la ignorancia, puesto que estas realidades alternativas, o ilusiones como nos gusta llamarlas, nos cautivan a simple vista pero siempre ocultan la intención de quien las ha creado. Y de esto se trata, de cuál es la intención, cuál es el mensaje del creador detrás de la ilusión. ¿Es un creador silencioso o es alguien que se evidencia ante el espectador? ¿Es un creador que quiere mantenernos dormidxs o que busca despertarnos?

 

Personalmente, siempre me he visto abrumada por la enorme cantidad de ilusiones que buscan distorsionar nuestra perspectiva en todo lugar y en todo momento. Sobre todo, siendo estas tan diferentes entre sí. Es por esto que desde muy pequeña me fui sumergiendo en mi propio mundo de ilusiones, creando mis propios sueños en los que yo me he sentido cómoda, para escapar de la agobiante realidad. Mediante lo que se conoce como sueño lúcido, me he creado mil y una historias, creyendo que estaría mejor viviendo en ese mundo onírico que en el real. Y esta es una de las razones por las que me he perdido la posibilidad de entablar vínculos reales, con personas del aquí y ahora. Y es así como de niña he sido una pequeña Crescence, maravillada por las ilusiones y los sueños, mientras que al día de hoy me he dado cuenta de la cantidad de oportunidades que he perdido, tal como le sucederá a Alena, al darse cuenta del vínculo real que podría haber entablado con Crescence, si no la hubiese visto como otra más de sus ilusiones. Al mismo tiempo que, al igual que Alena, al ser consciente de los mensajes detrás de cada ilusión, me perturbo al notar que la mayoría de las veces se trata de creadores silenciosos. Los medios tienen tanta influencia en la sociedad, que la mayoría de la gente toma sus contenidos como palabra santa, sin cuestionarse quién está detrás de ellos. Y la gente es adicta a estos contenidos, es adicta a las ilusiones, y cada vez quieren más y cada vez consumen más, porque no soportarían enfrentarse con la cruda realidad. El peligro de esto, es que a diferencia de Crescence, quien se crea sus propias ilusiones para escapar de la realidad, la gente consume ilusiones hechas por terceros para hacer lo mismo, sin ser capaces de ver “la ilusión” detrás de lo que la misma ilusión les hace ver.

 

Todo esto es más que suficiente para mí, para saber que, aún queriendo ser creadora de sueños, no quiero ser silenciosa, no quiero fomentar a la sociedad sonámbula, sino despertarla. Pues la Crescence y la Alena que veremos al final del camino, somos mi compañera y yo tratando de seguir nuestra aventura de creadoras de sueños, pero siendo conscientes de la historia y el mensaje que queremos contar e impregnar en el espectador. Dejando incluso, en manos del mismo espectador, la decisión de ver el mundo o no a partir de la ilusión que le ofrecemos. Pues al final del día, de eso se trata, de otra ilusión más. Y cada cual elige en qué ilusión quiere vivir, consciente o inconscientemente. Lo único que podemos hacer, es ofrecer nuestra visión de manera genuina, sabiendo que al final cada persona verá lo que quiere ver, independientemente de lo que nosotras creamos.

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